La música tiene la capacidad de vincular nuestras emociones. Que mejor momento para ello que durante nuestras relaciones íntimas (en pareja o en solitario). Nos gusta utilizarla como vía de expresión lo que puede hacer de nuestras relaciones algo muy íntimo e intenso. Es más, de forma inconsciente, se tiende a acompasar nuestros movimientos al ritmo de la música. En el caso de una pareja consigue tener unos resultados de sincronización total. Además la música nos transforma, nos desinhibe y nos permite perder la vergüenza para probar nuevas experiencias haciéndonos disfrutar de forma diferente de nuestras relaciones. Así que… a escuchar música!
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